|
1.- La Misión
Miolen era un niño de ocho años: una cabellera castaña oscura
se definía en su cabeza y tenía unos penetrantes e inocentes ojos verdes. No
iba a la escuela, trabajaba en la posada del viejo Letrus.
El viejo Letrus era un posadero calvo, cheposo y con muy mala
espina. Tenía a Miolen viviendo en la trastienda; le daba poca comida, lo que
hacía que el niño estuviera delgadísimo y le regañaba continuamente.
La posada se encontraba en el Reino del Aire, en Wengiolun.
Wengiolun es un planeta de otra galaxia. Tiene las mismas
características que la Tierra excepto porque hay una cosa diferente. En la
Tierra hay elementos químicos para hacer cosas como el plástico, pero en
Wengiolun no hay este tipo de elementos químicos, hay otra cosa…llamada…
¡magia! Sí. Hay un montón, por ello hay cuatro reinos de los elementos; pero
esto no quiere decir que uno de los magos del aire sea bueno en hechizos de
viento. Esto sólo se hace para hacer olimpiadas y demás…
La situación actual de la historia es la siguiente: el
dominio de un malvado mago (Crontismalt, el Horrible) se extiende por
Wengiolun. Los alcaldes de los reinos son sus cuatro secundarios y van detrás
de él. Sus ejércitos han alcanzado la Torre Central, una torre donde se
desarrolla toda la magia y también se controla.
Pero aún hay una pequeña parte que se ha rebelado contra esta
tiranía. Y existen cuatro varitas de los elementos escondidas en los reinos que
tienen un gran poder si se fusionan. Si estas varitas caen en manos de
Crontismalt su poder será absoluto, pero si llegan a estar en manos de los
enemigos de Crontismalt aún habría alguna posibilidad de salvar Wengiolun…
Descampado de Arqueología del Reino del Aire:
Aquél arqueólogo encontró algo extraño en la tierra. Era algo
liso y tenía grabados dibujos de olas y mares. El arqueólogo cogió una pala y
comenzó a escavar. Salió una caja de madera larga y delgada con una tapa. La
abrió. Una preciosa varita azul con adornos de conchas blancas y una perla en
su punta que estaba rodeada por cuatro pequeños tentáculos de madera cerrados
entre sí reposaba sobre la caja. El arqueólogo saltó: se dio al descubierto.
He encontrado la varita perdida el Agua en el Reino del Aire.
Palacio Real del Aire, sala central:
Un hombre con una túnica púrpura oscura, alto y delgado,
pálido, con el cabello gris cruzó la sala. También tenía una corona plateada
con una amatista en su parte frontal.
-Bien. Ya tenemos la cuarta y última varita.
Un general de su ejército dijo:
-Y ¿qué haremos con ella?
-Llevarla a la Torre Central, por supuesto.
-Bien, pues encaminémonos.
-No. Sus tropas no irán. Morirían en el intento.
-¿Por qué?
-Porque existe una profecía: en el Reino del Aire, la varita
que se encuentre deberá ser llevada a la Torre Central a través de la persona
más joven del Reino que no ignore la realidad y se convertirá en un
semiprofeciado.
Los profeciados son los héroes que realizan algo grandioso
nombrado por una profecía. Por ejemplo: una profecía dijo que alguien mataría a
Medusa. La mató Teseo, Teseo es un profeciado. Pero aquellas personas que hacen
algo porque han sido los únicos en salir de un montón son los semiprofeciados
-Pero, señor, por la guerra de Radameliaca no hay niños de 8
años, que sería la edad mínima.
La guerra Radameliaca es la guerra entre el pueblo y las
tropas de Rádamel, padre de Crontismalt. Duró cuatro años y medio con la
victoria de Rádamel y ahora no hay guerra, pero sí tiranía de la dinastía de
los horribles. (Rádamel , el Horrible; Crontismalt el Horrible)
-Pues enviad al más joven con 9 años.
Pero de sus tropas salió un soldado, cliente habitual de
Letrus y dijo:
-Hay un niño de ocho años llamado Miolen en la posada del
viejo Letrus, calle Nubarrón número 61.
-Bien, llevadme ahí.
Posada del Viejo Letrus, Reino del Aire:
La posada del viejo Letrus estaba muy sola y vacía. Su puerta
se abrió. Entraron cuatro soldados y después el Alcalde del Aire. Letrus cogió
una bolsa que ponía “Impuesto” pero el Alcalde le hizo una señal a modo de
detenimiento.
-Vengo por el chaval.
A Miolen se le cayeron las jarras de cerveza que llevaba. Y
antes de que el viejo Letrus le dijera nada cogió la escoba y se puso a barrer.
Letrus dijo:
-¿Qué ha hecho esta vez? ¿Ha robado? ¿Ha infringido la ley?
¿Hay que pagar dinero?
-No. El niño no ha hecho nada. Va a hacer algo que él no
quiere hacer. Tiene que ir a la Torre Central a través de las Cordilleras
Heladas (Cordilleras separadoras de la Torre Central y el Reino del Aire, muy
peligrosas y grandes)
-Bien. Miolen vete a preparar un zurrón. Recuerda que
vas a las Cordilleras Heladas.
Miolen asintió y subió las escaleras hacia la trastienda.
Cogió su zurrón de cuero y metió sus dos únicas mudas. Luego unos guantes y una
bufanda, un libro de conocimientos básicos sobre Wengiolun y otro sobre cálculo
y escritura. Miró su monedero: 1 wengio (moneda de allí equivalente al doble)
“Bueno”, pensó y lo echó al zurrón. Luego se quitó sus babuchas y se calzó unas
botas dejando las babuchas en el zurrón. Metió también un pijama. Después miró
un tablón que había el lado de su cama. Y lo abrió. Sacó un diario y una pluma
estilográfica y los guardó en el zurrón. Pero, también sacó algo más. Era un
colgante en forma de “W” y era plateado. En su vértice central (VºV) tenía una
semiesfera dorada. Y en los demás había semiesferas de estos colores: verde
(tierra), rojo (fuego), azul (agua) y morado (aire). Lo metió en el zurrón y
pesó este: 5 pesilanios (2,5 Kg. Los pesilanios son la medida de peso de
Wengiolun.
Por último dijo:
-¡Squeaky!
Y de un rincón salió un ratoncillo y se metió en su zurrón.
Por último pensó: “Nos vamos, amigo”
Bajó las escaleras y encontró a Letrus y este le dijo en tono
sentimental:
-Tu dinero.
Y le dio 16 wengios (32 €). Luego le dio un paquete blanco y
grande y un sobre grande amarillo:
-Tus datos y permisos y víveres. Para cuatro semanas (16
días). (Explicado después)
Metió todo en el zurrón y su peso aumentó considerablemente.
Y luego, medio llorando le dijo a Miolen mientras le daba la
mano:
-Gracias por tus servicios en mi posada – pero al final se
abrazó al chico y dijo: Adiós Miolen, buena suerte.
Luego salieron dos guardias, el Alcalde, Miolen y otros dos
guardias. El Alcalde y Miolen se metieron en un carruaje y el Alcalde le dio a
Miolen la Varita del Agua.
-Tienes que llevar esto a Torre Central.
Miolen lo cogió y se guardó la caja en el zurrón.
-Recuerda, le dijo el Alcalde, si tocas esta varita te
ahogarás aunque no estés en el mar.
Miolen asintió y cuando paró el carruaje él se bajó. Caminó
hacia la puerta del reino y dos guardias le abrieron la puerta. Salió y esta se
cerró de golpe. Miró al horizonte y vio la vastísima cordillera. Y, entonces, a
pesar de tener a Squeaky, se sintió solo. Muy solo.
Recordáis cuando Miolen subió para hacerse un zurrón. Pues
una conversación muy interesante ocurrió abajo. Letrus le dijo al Alcalde que
tomara asiento y él le empezó a contar:
-Miolen no es un niño normal.
-¿Por qué? ¿Es más analfabeto de lo normal?
-No, no. Quiero decir que tiene un segundo nombre que le hace
especial. Sus padres eran Llamarada Fogonazo, su madre, y Coralius Marea, su
padre. Pero el nombre completo es Miolen Nug Fogonazo Marea (allí el apellido
materno va primero); pero Miolen Nug es por una extraña razón que no sé cuál
es. Y ese niño tiene una potente aura protectora. Su madre me dejó a cargo de él
a principio de la Guerra Radamelíaca. Y una vez, cuando tenía tres años, un
hombre le quitó su comida y él se puso nerviosísimo y de su interior estalló
una bola de luz que atrapó al hombre con cuerdas invisibles. Así que le digo
que tenga cuidado con ese niño. No es un semiprofeciado, es algo más.
2.- El hombre
Habían pasado dos semanas (8 días) desde que Miolen emprendió
su viaje.
En Wegiolun las horas son 24 al día y cada hora tiene 60
minutos y cada minuto 60 segundos. Los días de la semana son cuatro y el cuarto
es de fin de semana. Por ejemplo, la semana es lunes (Aire), martes (Tierra),
viernes (Agua) y sábado (Fuego). En los meses, hay un mes wengioliano por tres
meses terrestres y los dos meses más calurosos se llaman Tierra y fuego y los
fríos Agua y Aire. Los años empiezan cuando apareció el primer mago y la magia
y han pasado 3008 años desde entonces.
El caso, Miolen ya había emprendido su viaje por las
cordilleras y no le gustaba. La nieve le llegaba hasta la rodilla y no había
dormido desde que salió. Y solía comer poco de lo que le había preparado Letrus
para no malgastarlo. Pero aquel día resbalo sobre una loma helada y cayó hasta
una gran puerta de una gran casa. Era de un tamaño para un gigante de 30
metros. La puerta no tenía gatera pero sí mirilla y de esta descendía una
cuerda del tamaño de un humano. Sin pensárselo dos veces, Miolen saltó hacia
esta y empezó a escalar; cuando llegó a la mirilla abrió la portezuela de metal
y vio otra cuerda que servía de tirolina y que llegaba hasta la repisa de la
chimenea. No había nadie en la casa pero la chimenea estaba encendida y era de
noche. Así que cogió un calcetín sucio y los pasó a través de la cuerda y una
mano agarraba un extremo del calcetín y la otra agarraba el otro. Se lanzó y,
gracias a que la cuerda estaba encerada se deslizó, pero a mitad de camino
empezó a romperse y a romperse hasta que se cayó a un plato de 2 m de radio. Y
allí había algo curioso: un abrigo de piel y un baúl. Pensó que aquello habría
pertenecido a alguien que había topado con un gigante hambriento. Se colocó el
abrigo y enseguida éste se convirtió en una trenka de piel para niños de 8
años. Rebuscó en los bolsillos y encontró una varita rota (que tiró), una guía
de hechizos de bolsillo, una cuerda y una brújula Wengioliana. Esta funciona
así: El Norte es Frio (F); el Sur, Calor (C); el Oeste, Bajo (B) (ya que hay
cuevas hondas al Oeste en el Reino de la Tierra) y el Este, Alto (A) (ya que
hay altas montañas en el Reino del Aire, al Este). Pero encontró algo más, era una
cajita que ponía en su base: Max: 13pes. La abrió. Era un empequeñecedor. En
él, como máximo, se podían meter 13 pesilanios y si los metías estos se volvían
pequeños y ligeros. Dentro encontró una brújula de elementos que señalaba qué
mejor o mejores elementos se pueden utilizar en ese momento mientras una aguja
se mueve. Y también encontró un forro para botas que se adaptaba a las suyas y
que tenían 72 horas de vuelo que le protegían del frío. Así que cogió los
víveres y la muda y lo metió en el empequeñecedor y lo demás lo guardó en su
zurrón. Luego cogió a Squeaky y lo guardó en el bolsillo del pecho de la
trenka. Después se acercó al baúl y se fijó en su cerradura. Tenía forma de “W”
como a de su colgante. Lo sacó y la introdujo en ésta. Le dio tres vueltas
hacia la izquierda y presionó hacia dentro. El baúl se abrió y Miolen recogió
el colgante. Dentro había cinco cofrecitos del tamaño de una caja de zapatos.
Eran de estos colores: verde, azul, rojo, morado y dorado. Y en el último,
curiosamente, ponía Miolen Nug. Miolen acercó la mano y la caja se abrió,
reconociendo su aura. Entonces pensó en su pasado y su destino. Quizá aquella
caja contenía todo sobre él, todo lo que no ponía en sus datos…como dónde había
nacido. No sabía de qué reino era. Pero dentro de la caja sólo había un mapa de
Wengiolun que señalaba hacia la Torre Central. Miolen se guardó el mapa en el
zurrón y comenzó a pensar en su destino…pero un estruendo lo interrumpió. Luego
una voz estruendosa dijo:
-¡Menuda cacería! Un conejo y una perdiz. Un momento… ¡HUELO
CARNE HUMANA!
Un gigante calvo y gordo había cogido un cuchillo de 3 m.
Miolen pensó que tendría 60 medilanios de altura (30 m. Los medilanios son la
medida de longitud en Wengiolun). Miolen comenzó a salir del plato y el gigante
lo vio como a una hormiga y se lanzó a por él. Luego, en el extremo de la mesa,
Miolen como si fuese a hacer puenting pensó: “Por favor volad”, y se lanzó. De
repente sus forros para botas le hacían volar como Peter Pan y el gigante clavó
el cuchillo en la mesa justamente donde había estado Miolen hacía unas
milésimas de segundo. Miolen, en el aire pensó la manera de salir y miró la
chimenea; pero el gigante saldría a por él a la nieve; entonces miró el suelo y
vio la varita rota. Dentro de su esfera lucía un luz fea y gris. Pero Miolen
dio un giro y se lanzó a por ella. Mientras, el gigante, había cogido platos y
cubiertos y se los tiraba a Miolen. La varita dio dos resplandores de luz.
Quería decir que le quedaban sólo dos hechizos de batería. Miolen pensó y se
lanzó hacia la puerta. Agitó la varita y un rayo estalló contra la cerradura y
fundió sus engranajes. Giró una curva y un cuchillo gigante le rompió un trozo
de capucha de la trenka. Finalmente llegó a la chimenea y el gigante que se
había quedado sin nada estiró la mano para cogerle pero, Miolen volvió a agitar
la varita y las llamas avivaron y le hicieron quemaduras al gigante en la mano
y Miolen ascendió por la chimenea y descendió por el tejado hasta caer en la
nieve y oyó:
-¡Ah! ¡Maldito humano! ¡Me ha dejado encerrado!
Y se sintió muy cansado. Era de noche y hacía una ventisca
tremenda. Pero aquella era su misión y debía cumplirla. Dio un paso y luego la
varita que estaba iluminándole chisporroteó y se apagó. Y Miolen se desmayó.
Un hombre de cabello largo y castaño oscuro y con una barba
corta y con ropa de abrigo montaba sobre un albatros gigante. Vio una luz
apagarse al lado de la casa de un gigante.
-Bájate, dijo al albatros
Este descendió hasta llegar al suelo y el hombre vio a un
niño pequeño tumbado en la nieve con un zurrón y una varita.
Le recogió entre sus brazos y montó en el albatros.
-¡A casa! ¡Ya!, dijo el hombre al albatros.
Y el albatros se alejó en la noche nevada.
Cuando Miolen despertó estaba en una cama. Le pareció raro ya
que debería estar tumbado en la nieve. Tenía su pijama puesto. Miró la
habitación. Era verde y tenía un escritorio, una mesilla, una cama y un
ventanuco, pero tenía una lámpara encendida. También tenía un enchufe mágico.
Son como los normales pero si conectas un cable a este y a la funda de una
varita con estar dentro la varita se carga, como un teléfono móvil. Y también
una varita se entrega a la edad a la que se daría un móvil. Pero aquel enchufe
tenía un alargador y, aparte de cargar la varita, tenía otra funda y dentro
tenía los forros para botas de Miolen. El cable era dorado pero como uno
terrestre. Miolen se levantó de la cama y corriendo fue a mirar su zurrón.
Estaba todo, menos Squeaky. Pensó que quizás estaría en una de las centrales de
Crontismar, y tuvo miedo. Salió poer la puerta y se encontró con un salón
grande. Tenía un sofá y dos sillones; detrás una chimenea encendida, delante de
los sofás una mesa de salón y delante de ésta una televisión Wengioliana.
Para explicar cómo es imaginémonos una televisión cuadrada,
de las que quedan pocas. Ahora imaginemos que es transparente. Que se enciende
con un mando de cristal mágico. Las imágenes se ven igual que en una pecera.
Y de una puerta salió un hombre de pelo largo y barba corta,
castaño oscuro; llevaba una bandeja con un desayuno muy apetitoso. Miolen se
fijó en él, vio que no llevaba ropas oscuras o negras, así que no marcaba
rasgos de ser compinche de Crontismalt. El hombre dijo:
-¡Por fin se despertó el dormilón Miolen Nug!
-Te haré tres preguntas pero no me hagas nada. Una: ¿cómo
sabes mi nombre?
-He leído tus datos.
-Dos: ¿está bien mi ratón?
-Sí, claro. Haciendo un experimento.
-Tres: ¿trabajas para Crontismalt?
-¡No! Nunca trabajaría con ese tipo. Le odio.
-Entonces, ¿no vas a hacerme nada?
El hombre dejó la bandeja en la mesa y contestó:
-No. Te vi en la nieve y sabía que no soportarías el frio y
te traje aquí. ¿Chocolate?, dijo ofreciéndole un vaso humeante.
-Sí, por favor – y Miolen comenzó a beber - ¿Cómo te llamas?
-Oh, perdón. Soy Leig Magnium Lavius, del reino del Fuego.
¿Qué hacías en mitad de la nieve?
-Iba a entregar la Varita del Agua a la Torre Central para
que encuentren el último heredero o heredera de la varita.
-¡No! Si se hacen con esta varita ya no habrá la salvación de
Wengiolun. Puede que lo podamos solucionar a través de Wenir…
-¿Qué es Wenir?
-Es la agencia que fundé con siete amigos. Éramos liberales y
algo gamberros y no nos sacamos el título de magos. Tuvimos que robar varitas
por la fuerza para poder hacer magia y cada uno de nosotros vivimos en los
reinos y en las limitaciones de un reino a la Torre Central. Y yo vivo aquí, en
las Cordilleras Heladas. Nosotros rescatamos a las personas que han sido
torturadas por tener que hacer cosas que quiere Crontismalt y las han hecho
mal. De m omento sólo tenemos a unas 120 personas pero queremos aumentar el
número en los próximos años.
-Sr. Magnium ¿conoció usted a mi madre?
-Primero llámame Leig y a los de Wenir también por su nombre;
y sí, la conocí.
-¿Cómo era?
-Bueno, sólo la conocí en párvulos de magia, donde te enseñan
lo básico como hacer un charquito de agua o producir una pequeña corriente de
aire…y con varitas de mucha seguridad. Ella era la más aplicada y se fue a un
grado superior al mío. Luego volví a oír ese nombre en la guerra Radamelíaca.
Tu madre era una de los 16 subdioses.
-¿Cómo?
-Fueron un grupo de magos muy inteligentes que representaban
a los 16 dioses de Wengiolun y que quería quitar la tiranía de Radamel.
-¿Estaba mi padre?
-No, creo que no. Bueno, creo que es hora de irse a Wenir.
-¿Yo también?
-Claro, no te ibas a quedar aquí.
Así que dejaron el desayuno (que se limpió solo mediante
magia), se asearon, se vistieron y fueron al laboratorio de Leig.
Allí había pociones y fórmulas de todo tipo pero Miolen sólo
se fijó en una mesa donde estaba Squeaky en una jaula.
-Le he puesto una inyección del átomo poliformo metamorfo,
dijo Leig, ahora puede convertirse en miles de animales, cambiar de tamaño y
duplicarse. Dile que se convierta en algo.
-Squeaky, conviértete en… perro.
Y en unas décimas de segundo Squeaky era un perro marrón,
mestizo y no cabía en la jaula. Volvió a adoptar la forma de ratón.
-Lo mismo le pasa a mi zorro, Foxero, ayer se convirtió en un
albatros gigante y entre los dos te rescatamos. Pero vamos a la Bala Azul.
Miolen lo miró pensativo y recogió a Squeaky. Leig recogió a
Foxero, un zorro rojo y unas pocas pociones. Luego fue hacia el garaje y Miolen
le siguió. Allí había un vehículo del tamaño de un autobús. Era azul y tenía
forma de bala gigante. Tenía tres ventanucos a cada lado y uno grande en
la parte delantera. Detrás tenía un enorme propulsor de cohete.
-Se puede ir con él por tierra, mar y aire. Y es muy cómodo.
Montaron por una pasarela y Leig se sentó en el asiento del
piloto y Miolen detrás. De repente varios cinturones le rodearon a Miolen. Se
abrió la puerta del garaje y la Bala Azul comenzó a acelerar a una velocidad de
1000 km/h. Pasó por cuevas, surcos y ríos y Miolen ni se enteró. De repente
frenó en seco y Miolen pudo respirar. Miró por la ventana y vio un bosque. Se
bajaron y Leig tocó la nave con su mano: la bala Azul se hizo pequeña y se la
guardó en el bolsillo. Luego avanzaron por el bosque hasta llegar a una colina
verde y con un sol resplandeciente. A 1 km se veía la Torre Central y cerca un
casetuco. Leig abrió la puerta y los dos pasaron. El hombre pulsó un botón en
la pared y bajaron como en un ascensor. Cuando la puerta se volvió a abrir Leig
y Miolen llegaron a una sala abarrotada de gente; pero grande, preciosa y llena
de magia. Leig dijo:
-Bienvenido a Wenir.
3. - En Wenir
Lo primero que hizo Leig fue llevar a Miolen a una
habitación. Lo condujo por una escalera y después por un pasillo y lo llevó a
una habitación.
-Esta será tu habitación, dijo Leig. Instálate. Y tu horario,
dijo entregándole un papel.
-¿Horario?
-Claro, no creerás que vas a estar aquí de fiesta. Tienes
ropa en el armario y el baño está nuevo. Hoy, por ser Fuego (día del fin de
semana) tienes libre el día. Preséntate a las 13:00 en la Sala Central, la que
hemos visto al llegar y te enseñarán las instalaciones.
Y Leig desapareció por la puerta. Todavía quedaba una hora
hasta las 13:00, según un reloj de pared que había encima del cabezal de la
cama. Así que Miolen comenzó a instalarse. Colocó todo en cajones de la mesilla
y del escritorio. Miró el armario y vio que había mucha ropa nueva y de su
talla. Se quitó su ropa y se puso una camiseta de lino y unos pantalones de
hilo; como calzado se puso unas botas cortitas y ligeras. Dejó su ropa en el
armario y esta desapareció, pero, reapareció a los 10 segundos limpia, cosida y
como nueva. La magia de allí era muy rápida y las órdenes se cumplían
enseguida. Luego miró su horario:
9:00 – 9:25 Magia
teórica
9:25 – 9:50 Magia
práctica.
9:50 – 10:15
Entrenamiento de mascotas-poliformas
10:15 – 10:40
Pociones y alquimia.
10:40 – 11:10
Descanso y almuerzo.
11:10 – 11:35
Geografía.
11:35 – 12:00 Cálculo
y Matemáticas.
12:00 – 12:25
Historia.
12:25 – 12:50 Arte y
Expresión Mágica.
12:50 – 13:20
Descanso y comida.
13:20 – 13:45
Lenguaje y Comunicación.
13:45 – 14:10 Clase
particular.
Entendía todas las asignaturas, excepto la última, pasó de
ella. Luego vio que, al lado de la mesilla había una mochila negra con libros y
cuadernos de las materias; un caldero, instrumentos e ingredientes y material
escolar. También había una túnica y un gorro de mago; y un “llevadero”. Es un
instrumento que se levanta del suelo y te lleva al lugar al que le indicas.
Tiene forma de reloj de pulsera y se puede actualizar para una habitación, una
casa, una ciudad…pero alcanza velocidades de hasta 7 km por hora. Este estaba
adaptado a Wenir. Luego vio que había otro cajón en el armario en el que había
una pegatina que ponía: “Cajón de entretenimiento”. Dentro había comics de
Herowiz, un superhéroe mago que salvaba a la gente del mal. Esta serie fue
prohibida en la dictadura de Crontismalt, ya que él era oscuro y no le gustaba.
También había una figura de acción de Herowiz. Había una serie de polvos mágicos
con pegatinas como “New age, cold Kingdom”. Y estos espolvoreaban en la esfera
de una varita. Se oían canciones de Wengiolun. Y por último había unos libros
que eran parecidos a los de “Elige tu propia aventura” pero tú te metías dentro
del libro como absorbido y se perdías retrocedías y podías elegir
otra opción. Así que esperó y puso una canción llamada “The flowers are good”
de “Many avengers”. Hasta que dieron las 13:00. Bajó a la Gran Sala y allí un
joven mago le guió por Wenir enseñándole los corredores, las cocinas, los
salones de estar y las aulas y antes de llegar a las habitaciones le avisó de
que estas estaban hechizadas para que las personas se levantaran a las 7:00 y
se durmieran a las 23:00. Así que Miolen pasó el día allí.
A la mañana siguiente, Miolen hizo todas las cosas de la
mañana y se tomó un desayuno desde el portal mágico de su armario. Luego el
llevadero le llevó hasta el aula de magia de clase teórica. Allí había gente de
su edad y una chica llamada Irna, de su edad, rubia, bajita y con gafas enormes
que se hizo su primera amiga y con la que se sentó. Allí dieron la historia y
usos de ‘El Hechizo Traspasador’, que consistía en la capacidad de traspasar
paredes. En magia práctica practicaron este hechizo.
Los hechizos en Wengiolun no consisten en una palabra dicha
con una varita, sino trazar con esta un símbolo especial en el aire. El del
hechizo para traspasar es:
|
||||
Y la dificultad de realizar hechizos es que hay que dibujar
los símbolos exactamente como se establecieron.
Pero lo interesante de este día no fue aquello; todo el día
pasó y llego la hora de la comida. Y Miolen se sentó solo en el comedor y dos
jóvenes, un chico y una chica, le observaban desde otra mesa y comentaban cosas
entre ellos.
Después, Miolen se dirigió a su “clase particular” tras la
clase de “lenguaje y Counicación”. Le guió Leia hasta una sala amplia y en la
que sólo había una silla y dentro también estaban los jóvenes del comedor. Uno
tenía diez años, pelo rubio y parecía loco y decidido. La otra tenía trece
años, era morena y tenía los ojos azules y se veía en estos que la joven había
tenido un pasado atroz.
-
Él
es Axotol Tevilano Herbáceo. Pero le llaman Axol. Y ella es Quina.
A Miolen le sorprendió que Quina no tuviese apellido.
-
Ellos,
continuó Leig, tienen colgantes especiales de origen desconocido y que les
llevan acompañando toda la vida como a ti el tuyo. En dos semanas saldréis
hacia el Reino del Agua para encontrar la manera de detener a Crontismalt y
para ello, por todo lo que pueda suceder, debéis entrenaros aquí
-
¿Cuál
es el paln para detener a Crontismalt?, dijo Miolen.
-
Iremos
a los Juegos de Zehlo (explicado después) y cogeremos los libros de los
profetas (explicado después). Pero pongámonos a entrenar.
Había una pared que estaba agrietada en forma de cuadrados,
salieron de estos unas piezas articuladas controladas por Leig con una mando
que poseía mientras estaba sentado en una silla. Las piezas se unieron y
formaron un enorme lobo. Este se arrojó hacia los tres chicos y Quina y Leig,
que tenían más experiencia, consiguieron derrotarle.
Y así, Miolen, se olvidó de todo lo ocurrido con Letrus y se
adaptó a Wenir. Aprendió en dos semanas más que en toda su vida y reforzó sus
vínculos con Leig, Quina, Axol e Irna y resulto ser que estos dos últimos eran
hermano.
Una noche, antes de dormir Quina, Axol y Miolen se taparon
con pañuelos para evitar el efecto de los polvos que dormían y los curiosos se
fueron a explorar a Leia, pues intuían que era más de lo que decía ser.
4.- El secreto
de Leig
Aquella aventura les inspiraba temor, pues era la víspera de
su salida y, a la vez, emoción. La habitación de Leig se encontraba al final
del pasillo de las habitaciones, pero aquel pasillo lo pasaron rápido. Entraron
sigilosamente y Axol forzó la cerradura con una ganzúa. Allí dentro dormía Leig
como un tronco, al menos aparentemente.
No sabían d´nde buscar, pero, de repente, a Miolen se le
ocurrió un sitio. Abrió el armario y miró en el “Cajón de la diversión” que
correspondía con el de su habitación y … ¡bingo! Allí había decenas de recortes
de periódicos viejos. Miolen se fijó en uno en concreto. En él salía una foto
que ponía que había sido tomada por Letrus Nubarrón. En la foto se representaba
a dos hombres haciendo una pelea de
varitas en un acantilado. En el artículo ponía: “El bien contra el mal; Leig
Magmium, el subdios de la Magia Arcana pelea por Wengiolun y por el amor de su
vida. Llamarada, Fogonazos, subdiosa del Fuego; contra Coralius Mareayel,
alcalde seguidor del Agua de Radamel”
-
¡Eh,
chicos, mirad esto!, dijo Miolen, mientras sus amigos leían, Llamarada y
Coralius eran mis padres y esto…me hace sacar dudas.
-
¿Qué
es la Magia Arcana?, dijo Axol.
-
L
magia más difícil de controlar y la más antigua, dijo una voz a sus espaldas,
la de Leig que yo practico.
Leig dibujó unos símbolos violetas con el dedo en el aire y
las luces se encendieron; mientras que la puerta se cerraba.
-
¿Qué
hacéis aquí?
-
No
nos fiábamos de ti, dijo Quima.
-
Leig,
explícame todo, dijo Miolen, todo, todo.
-
Bien.
Os he mentido. Fui un subdios y siempre he sido el primero de mi promoción.
Durante toda la vida he conocido a Llamarada, tanto, que planeamos una vida
juntos. Hasta que tuve que protegerla de un aliado de los Horribles, ese
Marea…Y no sé cómo pero el amor entre el bien y el mal surgió y Llamarada me
dijo que se iría lejos, que me perdonara y que le guardara el secreto. Al ver
que Crontismalt y su padre se alzaban, me retiré a fundar Wenir con otros siete
subdioses con la esperanza de salvar Wengiolun.
-
Así
que soy fruto del bien y del mal…
-
Sí,
siento que te hayas enterado así.
-
Bueno,
el destino hay que afrontarlo. Sabes, conozco a Letrus Nubarrón; fue mi tutor
hasta que llegué aquí. Me dio todas mis cosas porque pensaba que me quedaría a
estudiar en la Torre Central.
-
¡Cómo
odio a ese tipo! Me arruinó la dignidad “sobre la superficie”.
-
A
propósito, ¿cómo es que no te dormiste con el hechizo?
-
Bueno,
tengo un sistema de alarma que me despierta.
Quina y Axol los seguían observando sin hablar.
Leig continuó:
-
Chicos,
creo que deberíais ir a dormir. Maña empieza el viaje.
Así que todos se fueron a dormir; y Miolen habría tenido
insomnio por no ser por el hechizo para dormir.
5.- Los Juegos
de Zelho
Cuando mencioné, al principio, lo de las Olimpiadas, no me
refería al Olimpo, porque allí no existe la cultura griega; pero existe la
religión Wengioliana que es representada por dieciséis dioses, cuatro por
reino.
Zelho es el dios del Deporte y el Físico y cada seis años se
realizan unas pruebas físicas que demuestran la destreza y agilidad de los que
se presentan para honrar al dios. También es tradición que los gobernantes de
Wengiolun lean durante una noche los libros de los profetas; unos libros que
fueron escritos por escribas que copiaban todo lo que adivinaban los profetas.
Un dato que habría que objetar sobre los profetas es que mueren nada más decir una profecía y
los semiprofetas se quedan vegetales, es decir, un coma eterno; y nadie ha
sobrevivido. Por ello, los libros son tan valiosos. Rádamel murió leyendo uno
de ellos y esta es la primera vez que Crontismalt los leía.
Aquel año los Juegos se celebraban en la Ciudad Principal del
Agua. Los cuatro se prepararon aquel día para salir y llevaban la Varita del
Agua. Con la Bala Azul pasaron rápidamente el Océano, sin fin, la frontera
entre el Reino del Agua y la Torre Central. Descendieron a la playa sobre las
21 h, que era el comienzo del desfile nocturno, que consistía en que una
estatua mágica y gigante del Zelho fuera de una lado para otro del estadio y
acababa en un túnel que tenía acceso al baúl de los libros, Así que, cuando
llegaron al estadio, se vistieron de funcionarios de los juegos con una ilusión
medilanios. Mienras los cuatro tiraban de palancas que movían ruedas con otros
funcionarios; la estatua se movía, saltaba, lanzaba besos y tiraba con sus
manos al aire fuegos artificiales y la gente del estadio lo vitoreó sin parar.
Crontismalt lo miraba con aire sarcástico.
Era un hombre de 30 años con un pelo negro y una barba
recortada. Tenía los ojos grises y llevaba un traje completamente negro y una
chistera en la cabeza.
Cuando el desfile acabó los amigos ascendieron por unas
escaleras y abrieron un túnel mágico hasta una celda donde había un baúl: el
baúl de los libros. Fuera había dos guardias pero estaban de espaladas a ellos.
No unos guardias humanos sino unos robots de un medilanio de alto, formados por
un arma dura negra y que funcionaban con magia, dispuestos a servir a sus
creadores, los Horribles.
El caso es que Leig forzó la cerradura con magia arcana y
comenzaron a mirar los libros hasta que Quina dio con uno: “Dominar Wengiolun”:
-
Creo
que es éste
-
Tiene
toda la pinta, dijo Axol
Pero esas palabras bastaron para que los guardias entraran y
les amenazaran con sus lanzas y dieran un aviso de robo. Aun así, Leig fue más
listo y derrotó a un guardia con magia
justo cuando la ilusión que le cubría desapareció y descendieron por el túnel
hacia las escaleras.
-
¡Agarraos
al ojo izquierdo de Zelho!, dijo Leig.
Y todos se agarraron ascendiendo por el muñeco y el hombre
hechizó el ojo para que subiera como un cohete y, justo antes de arrancar, un
guardia filmó con sus ojos los rostros de los héroes y estos salieron
disparados del estadio a la vista de todos y Crontismalt gritó:
-
¡Atrapadles!
El enorme ojo aterrizó en la costa. Los cuatro fueron a la
playa. Ahora vestían monos y botas que les permitían mayor movilidad y llevaban
una mochila incorporada, De la suya, Leig, sacó la minibala azul y la hizo
grande y Miolen, de la suya, sacó el libro de “Dominar Wengiolun”.
-
¡Lo
tengo!, dijo con aire suertudo.
-
¡Y
nos buscan!, dijo Axol ¿dónde iremos?
-
Yo
tengo el sitio perfecto, mencionó Miolen.
Y pusieron rumbo al Reino del Aire.
6.- Los
fugitivos
Aquel día nuboso entraron en la posada cuatro personas
encapuchadas: la posada del viejo Letrus.
La figura más baja se quitó la capucha al ver al posadero
tras el mostrador.
-
¡Miolen!,
exclamó éste.
Pero Miolen le señaló a sus demás compañeros: tres figuras
con capas. Entonces, Letrus, les llevó a todos a la trastienda, la antigua
habitación de Miolen.
-
¿Qué
haces aquí?, dijo Letrus
-
Me
protejo de Crontristnalt. Como has visto hay carteles de búsqueda de nosotros cuatro.
Te presento a Axol Trevilano, Quina y Leig Magmium, aunque creo que ya le
conoces.
-
¡Arruinavidas!,
gritó Leig alzando el puño.
-
¿Antes
eras fotógrafo?, mencionó Miolen.
-
Sí,
trabajaba para el periódico y la exclusiva de Leig me daría de comer…pero Letrus
XII, mi padre, murió dejándome su posada para que siguiese con el negocio
familiar, tuviera a mi hijo Letrus XIV y siguiese todo así. Pero no tengo un
hijo, soy viejo y sólo quería ser repostero. Voy a llevar mi vida y a mis
antepasados a pique.
-
Te
juro que, si salgo de esto con vida, yo me ocuparé de la posada. Ahora propongo
que nos instalemos en una habitación.
Y los cuatro se fueron a una habitación a descansar y antes
de dormir Letrus les sirvió la cena a escondidas y, cuando todos se durmieron, Miolen se quedó
un rato hablando con Letrus.
-
Qué,
tenías ganas de salir de este tugurio ¿no?, empezó Letrus.
-
Bueno,
salir de él me ha empezado a sacar dudas, continuó Miolen, ¿Cómo fue mi llegada
aquí?
-
El
caso es que te trajo un encapuchado cuando eras un bebé y unos años más tarde
de criarte pasó la guerra; así fue todo.
-
Ya
veo, dijo Miolen adormilada.
-
Dulces
sueños, dijo Letrus y le revolvió el pelo antes de que Miolen se fuese a su
cama.
A la mañana siguiente el primer trabajo de los amigos fue
ojear el libro D.W (“Dominar Wengiolun”)
hasta que Quna encontró algo interesante y comenzó a leerlo en voz alta:
-
“Para
dominar Wengiolun habrá que utilizar cuatro varitas poderosas escondidas y sólo
podrán ser activadas por elegidos salidos cada cuatro siglos y unas criaturas
fantásticas ocultas en las coronas de los alcaldes. Los elegidos sabrán que los
son porque llevarán desde que nacieron un collar misterioso con esferas del
color de su reino. También deberán encontrar cuatro trozos de un mapa por los
reinos y les acompañará el Señor de la Suerte, aquel que lleve un collar de un
trébol de cuatro hojas salido de los bosques”.
Quina y Axol se paralizaron o, mejor
dicho, la Anfitriona del Agua y el Señor de la Suerte se paralizaron, debido a
que llevaban los collares mencionados. Y sui misión ahora era encontrar las
criaturas mágicas. Pero algo les alarmó e hizo que mirasen la televisión. En
esta salía Cronstismalt hablando:
-
Verán,
he soltado a mi bestia y un perro de las tinieblas para que atrape a los
fugitivos así que…¡tengan cuidado!
Un perro de las tinieblas es en
nuestro mundo un chupacabras; así que los amigos salieron huyendo de allí para
seguir su ruta en el Reino del Agua.