domingo, 21 de julio de 2013

Hola mis lectores, hoy os envío algo interesante. Se trata de las crónicas de Wengiolun desde el principio hasta el capítulo  seis. ¡Que lo disfrutéis y recomendarlo!


 
1.- La Misión
Miolen era un niño de ocho años: una cabellera castaña oscura se definía en su cabeza y tenía unos penetrantes e inocentes ojos verdes. No iba a la escuela, trabajaba en la posada del viejo Letrus.
El viejo Letrus era un posadero calvo, cheposo y con muy mala espina. Tenía a Miolen viviendo en la trastienda; le daba poca comida, lo que hacía que el niño estuviera delgadísimo y le regañaba continuamente.
La posada se encontraba en el Reino del Aire, en Wengiolun.
Wengiolun es un planeta de otra galaxia. Tiene las mismas características que la Tierra excepto porque hay una cosa diferente. En la Tierra hay elementos químicos para hacer cosas como el plástico, pero en Wengiolun no hay este tipo de elementos químicos, hay otra cosa…llamada… ¡magia! Sí. Hay un montón, por ello hay cuatro reinos de los elementos; pero esto no quiere decir que uno de los magos del aire sea bueno en hechizos de viento. Esto sólo se hace para hacer olimpiadas y demás…
La situación actual de la historia es la siguiente: el dominio de un malvado mago (Crontismalt, el Horrible) se extiende por Wengiolun. Los alcaldes de los reinos son sus cuatro secundarios y van detrás de él. Sus ejércitos han alcanzado la Torre Central, una torre donde se desarrolla toda la magia y también se controla.
Pero aún hay una pequeña parte que se ha rebelado contra esta tiranía. Y existen cuatro varitas de los elementos escondidas en los reinos que tienen un gran poder si se fusionan. Si estas varitas caen en manos de Crontismalt su poder será absoluto, pero si llegan a estar en manos de los enemigos de Crontismalt aún habría alguna posibilidad de salvar Wengiolun…
Descampado de Arqueología del Reino del Aire:
Aquél arqueólogo encontró algo extraño en la tierra. Era algo liso y tenía grabados dibujos de olas y mares. El arqueólogo cogió una pala y comenzó a escavar. Salió una caja de madera larga y delgada con una tapa. La abrió. Una preciosa varita azul con adornos de conchas blancas y una perla en su punta que estaba rodeada por cuatro pequeños tentáculos de madera cerrados entre sí reposaba sobre la caja. El arqueólogo saltó: se dio al descubierto.


He encontrado la varita perdida el Agua en el Reino del Aire.
Palacio Real del Aire, sala central:
Un hombre con una túnica púrpura oscura, alto y delgado, pálido, con el cabello gris cruzó la sala. También tenía una corona plateada con una amatista en su parte frontal.
-Bien. Ya tenemos la cuarta y última varita.
Un general de su ejército dijo:
-Y ¿qué haremos con ella?
-Llevarla a la Torre Central, por supuesto.
-Bien, pues encaminémonos.
-No. Sus tropas no irán. Morirían en el intento.
-¿Por qué?
-Porque existe una profecía: en el Reino del Aire, la varita que se encuentre deberá ser llevada a la Torre Central a través de la persona más joven del Reino que no ignore la realidad y se convertirá en un semiprofeciado.
Los profeciados son los héroes que realizan algo grandioso nombrado por una profecía. Por ejemplo: una profecía dijo que alguien mataría a Medusa. La mató Teseo, Teseo es un profeciado. Pero aquellas personas que hacen algo porque han sido los únicos en salir de un montón son los semiprofeciados
-Pero, señor, por la guerra de Radameliaca no hay niños de 8 años, que sería la edad mínima.
La guerra Radameliaca es la guerra entre el pueblo y las tropas de Rádamel, padre de Crontismalt. Duró cuatro años y medio con la victoria de Rádamel y ahora no hay guerra, pero sí tiranía de la dinastía de los horribles. (Rádamel , el Horrible; Crontismalt el Horrible)
-Pues enviad al más joven con 9 años.
Pero de sus tropas salió un soldado, cliente habitual de Letrus y dijo:
-Hay un niño de ocho años llamado Miolen en la posada del viejo Letrus, calle Nubarrón número 61.
-Bien, llevadme ahí.
Posada del Viejo Letrus, Reino del Aire:
La posada del viejo Letrus estaba muy sola y vacía. Su puerta se abrió. Entraron cuatro soldados y después el Alcalde del Aire. Letrus cogió una bolsa que ponía “Impuesto” pero el Alcalde le hizo una señal a modo de detenimiento.
-Vengo por el chaval.
A Miolen se le cayeron las jarras de cerveza que llevaba. Y antes de que el viejo Letrus le dijera nada cogió la escoba y se puso a barrer. Letrus dijo:
-¿Qué ha hecho esta vez? ¿Ha robado? ¿Ha infringido la ley? ¿Hay que pagar dinero?
-No. El niño no ha hecho nada. Va a hacer algo que él no quiere hacer. Tiene que ir a la Torre Central a través de las Cordilleras Heladas (Cordilleras separadoras de la Torre Central y el Reino del Aire, muy peligrosas y grandes)
-Bien.  Miolen vete a preparar un zurrón. Recuerda que vas a las Cordilleras Heladas.
Miolen asintió y subió las escaleras hacia la trastienda. Cogió su zurrón de cuero y metió sus dos únicas mudas. Luego unos guantes y una bufanda, un libro de conocimientos básicos sobre Wengiolun y otro sobre cálculo y escritura. Miró su monedero: 1 wengio (moneda de allí equivalente al doble) “Bueno”, pensó y lo echó al zurrón. Luego se quitó sus babuchas y se calzó unas botas dejando las babuchas en el zurrón. Metió también un pijama. Después miró un tablón que había el lado de su cama. Y lo abrió. Sacó un diario y una pluma estilográfica y los guardó en el zurrón. Pero, también sacó algo más. Era un colgante en forma de “W” y era plateado. En su vértice central (VºV) tenía una semiesfera dorada.  Y en los demás había semiesferas de estos colores: verde (tierra), rojo (fuego), azul (agua) y morado (aire). Lo metió en el zurrón y pesó este: 5 pesilanios (2,5 Kg. Los pesilanios son la medida de peso de Wengiolun.
Por último dijo:
-¡Squeaky!
Y de un rincón salió un ratoncillo y se metió en su zurrón. Por último pensó: “Nos vamos, amigo”
Bajó las escaleras y encontró a Letrus y este le dijo en tono sentimental:
-Tu dinero.
Y le dio 16 wengios (32 €). Luego le dio un paquete blanco y grande y un sobre grande amarillo:
-Tus datos y permisos y víveres. Para cuatro semanas (16 días). (Explicado después)
Metió todo en el zurrón y su peso aumentó considerablemente.
Y luego, medio llorando le dijo a Miolen mientras le daba la mano:
-Gracias por tus servicios en mi posada – pero al final se abrazó al chico y dijo: Adiós Miolen, buena suerte.
Luego salieron dos guardias, el Alcalde, Miolen y otros dos guardias. El Alcalde y Miolen se metieron en un carruaje y el Alcalde le dio a Miolen la Varita del Agua.
-Tienes que llevar esto a Torre Central.
Miolen lo cogió y se guardó la caja en el zurrón.
-Recuerda, le dijo el Alcalde, si tocas esta varita te ahogarás aunque no estés en el mar.
Miolen asintió y cuando paró el carruaje él se bajó. Caminó hacia la puerta del reino y dos guardias le abrieron la puerta. Salió y esta se cerró de golpe. Miró al horizonte y vio la vastísima cordillera. Y, entonces, a pesar de tener a Squeaky, se sintió solo. Muy solo.
Recordáis cuando Miolen subió para hacerse un zurrón. Pues una conversación muy interesante ocurrió abajo. Letrus le dijo al Alcalde que tomara asiento y él le empezó a contar:
-Miolen no es un niño normal.
-¿Por qué? ¿Es más analfabeto de lo normal?
-No, no. Quiero decir que tiene un segundo nombre que le hace especial. Sus padres eran Llamarada Fogonazo, su madre, y Coralius Marea, su padre. Pero el nombre completo es Miolen Nug Fogonazo Marea (allí el apellido materno va primero); pero Miolen Nug es por una extraña razón que no sé cuál es. Y ese niño tiene una potente aura protectora. Su madre me dejó a cargo de él a principio de la Guerra Radamelíaca. Y una vez, cuando tenía tres años, un hombre le quitó su comida y él se puso nerviosísimo y de su interior estalló una bola de luz que atrapó al hombre con cuerdas invisibles. Así que le digo que tenga cuidado con ese niño. No es un semiprofeciado, es algo más.

2.- El hombre
Habían pasado dos semanas (8 días) desde que Miolen emprendió su viaje.
En Wegiolun las horas son 24 al día y cada hora tiene 60 minutos y cada minuto 60 segundos. Los días de la semana son cuatro y el cuarto es de fin de semana. Por ejemplo, la semana es lunes (Aire), martes (Tierra), viernes (Agua) y sábado (Fuego). En los meses, hay un mes wengioliano por tres meses terrestres y los dos meses más calurosos se llaman Tierra y fuego y los fríos Agua y Aire. Los años empiezan cuando apareció el primer mago y la magia y han pasado 3008 años desde entonces.
El caso, Miolen ya había emprendido su viaje por las cordilleras y no le gustaba. La nieve le llegaba hasta la rodilla y no había dormido desde que salió. Y solía comer poco de lo que le había preparado Letrus para no malgastarlo. Pero aquel día resbalo sobre una loma helada y cayó hasta una gran puerta de una gran casa. Era de un tamaño para un gigante de 30 metros. La puerta no tenía gatera pero sí mirilla y de esta descendía una cuerda del tamaño de un humano. Sin pensárselo dos veces, Miolen saltó hacia esta y empezó a escalar; cuando llegó a la mirilla abrió la portezuela de metal y vio otra cuerda que servía de tirolina y que llegaba hasta la repisa de la chimenea. No había nadie en la casa pero la chimenea estaba encendida y era de noche. Así que cogió un calcetín sucio y los pasó a través de la cuerda y una mano agarraba un extremo del calcetín y la otra agarraba el otro. Se lanzó y, gracias a que la cuerda estaba encerada se deslizó, pero a mitad de camino empezó a romperse y a romperse hasta que se cayó a un plato de 2 m de radio. Y allí había algo curioso: un abrigo de piel y un baúl. Pensó que aquello habría pertenecido a alguien que había topado con un gigante hambriento. Se colocó el abrigo y enseguida éste se convirtió en una trenka de piel para niños de 8 años. Rebuscó en los bolsillos y encontró una varita rota (que tiró), una guía de hechizos de bolsillo, una cuerda y una brújula Wengioliana. Esta funciona así: El Norte es Frio (F); el Sur, Calor (C); el Oeste, Bajo (B) (ya que hay cuevas hondas al Oeste en el Reino de la Tierra) y el Este, Alto (A) (ya que hay altas montañas en el Reino del Aire, al Este). Pero encontró algo más, era una cajita que ponía en su base: Max: 13pes. La abrió. Era un empequeñecedor. En él, como máximo, se podían meter 13 pesilanios y si los metías estos se volvían pequeños y ligeros. Dentro encontró una brújula de elementos que señalaba qué mejor o mejores elementos se pueden utilizar en ese momento mientras una aguja se mueve. Y también encontró un forro para botas que se adaptaba a las suyas y que tenían 72 horas de vuelo que le protegían del frío. Así que cogió los víveres y la muda y lo metió en el empequeñecedor y lo demás lo guardó en su zurrón. Luego cogió a Squeaky y lo guardó en el bolsillo del pecho de la trenka. Después se acercó al baúl y se fijó en su cerradura. Tenía forma de “W” como a de su colgante. Lo sacó y la introdujo en ésta. Le dio tres vueltas hacia la izquierda y presionó hacia dentro. El baúl se abrió y Miolen recogió el colgante. Dentro había cinco cofrecitos del tamaño de una caja de zapatos. Eran de estos colores: verde, azul, rojo, morado y dorado. Y en el último, curiosamente, ponía Miolen Nug. Miolen acercó la mano y la caja se abrió, reconociendo su aura. Entonces pensó en su pasado y su destino. Quizá aquella caja contenía todo sobre él, todo lo que no ponía en sus datos…como dónde había nacido. No sabía de qué reino era. Pero dentro de la caja sólo había un mapa de Wengiolun que señalaba hacia la Torre Central. Miolen se guardó el mapa en el zurrón y comenzó a pensar en su destino…pero un estruendo lo interrumpió. Luego una voz estruendosa dijo:
-¡Menuda cacería! Un conejo y una perdiz. Un momento… ¡HUELO CARNE HUMANA!
Un gigante calvo y gordo había cogido un cuchillo de 3 m. Miolen pensó que tendría 60 medilanios de altura (30 m. Los medilanios son la medida de longitud en Wengiolun). Miolen comenzó a salir del plato y el gigante lo vio como a una hormiga y se lanzó a por él. Luego, en el extremo de la mesa, Miolen como si fuese a hacer puenting pensó: “Por favor volad”, y se lanzó. De repente sus forros para botas le hacían volar como Peter Pan y el gigante clavó el cuchillo en la mesa justamente donde había estado Miolen hacía unas milésimas de segundo. Miolen, en el aire pensó la manera de salir y miró la chimenea; pero el gigante saldría a por él a la nieve; entonces miró el suelo y vio la varita rota. Dentro de su esfera lucía un luz fea y gris. Pero Miolen dio un giro y se lanzó a por ella. Mientras, el gigante, había cogido platos y cubiertos y se los tiraba a Miolen. La varita dio dos resplandores de luz. Quería decir que le quedaban sólo dos hechizos de batería. Miolen pensó y se lanzó hacia la puerta. Agitó la varita y un rayo estalló contra la cerradura y fundió sus engranajes. Giró una curva y un cuchillo gigante le rompió un trozo de capucha de la trenka. Finalmente llegó a la chimenea y el gigante que se había quedado sin nada estiró la mano para cogerle pero, Miolen volvió a agitar la varita y las llamas avivaron y le hicieron quemaduras al gigante en la mano y Miolen ascendió por la chimenea y descendió por el tejado hasta caer en la nieve y oyó:
-¡Ah! ¡Maldito humano! ¡Me ha dejado encerrado!
Y se sintió muy cansado. Era de noche y hacía una ventisca tremenda. Pero aquella era su misión y debía cumplirla. Dio un paso y luego la varita que estaba iluminándole chisporroteó y se apagó. Y Miolen se desmayó.
Un hombre de cabello largo y castaño oscuro y con una barba corta y con ropa de abrigo montaba sobre un albatros gigante. Vio una luz apagarse al lado de la casa de un gigante.
-Bájate, dijo al albatros
Este descendió hasta llegar al suelo y el hombre vio a un niño pequeño tumbado en la nieve con un zurrón y una varita.
Le recogió entre sus brazos y montó en el albatros.
-¡A casa! ¡Ya!, dijo el hombre al albatros.
Y el albatros se alejó en la noche nevada.
Cuando Miolen despertó estaba en una cama. Le pareció raro ya que debería estar tumbado en la nieve. Tenía su pijama puesto. Miró la habitación. Era verde y tenía un escritorio, una mesilla, una cama y un ventanuco, pero tenía una lámpara encendida. También tenía un enchufe mágico. Son como los normales pero si conectas un cable a este y a la funda de una varita con estar dentro la varita se carga, como un teléfono móvil. Y también una varita se entrega a la edad a la que se daría un móvil. Pero aquel enchufe tenía un alargador y, aparte de cargar la varita, tenía otra funda y dentro tenía los forros para botas de Miolen. El cable era dorado pero como uno terrestre. Miolen se levantó de la cama y corriendo fue a mirar su zurrón. Estaba todo, menos Squeaky. Pensó que quizás estaría en una de las centrales de Crontismar, y tuvo miedo. Salió poer la puerta y se encontró con un salón grande. Tenía un sofá y dos sillones; detrás una chimenea encendida, delante de los sofás una mesa de salón y delante de ésta una televisión Wengioliana.
Para explicar cómo es imaginémonos una televisión cuadrada, de las que quedan pocas. Ahora imaginemos que es transparente. Que se enciende con un mando de cristal mágico. Las imágenes se ven igual que en una pecera.
Y de una puerta salió un hombre de pelo largo y barba corta, castaño oscuro; llevaba una bandeja con un desayuno muy apetitoso. Miolen se fijó en él, vio que no llevaba ropas oscuras o negras, así que no marcaba rasgos de ser compinche de Crontismalt. El hombre dijo:
-¡Por fin se despertó el dormilón Miolen Nug!
-Te haré tres preguntas pero no me hagas nada. Una: ¿cómo sabes mi nombre?
-He leído tus datos.
-Dos: ¿está bien mi ratón?
-Sí, claro. Haciendo un experimento.
-Tres: ¿trabajas para Crontismalt?
-¡No! Nunca trabajaría con ese tipo. Le odio.
-Entonces, ¿no vas a hacerme nada?
El hombre dejó la bandeja en la mesa y contestó:
-No. Te vi en la nieve y sabía que no soportarías el frio y te traje aquí. ¿Chocolate?, dijo ofreciéndole un vaso humeante.
-Sí, por favor – y Miolen comenzó a beber - ¿Cómo te llamas?
-Oh, perdón. Soy Leig Magnium Lavius, del reino del Fuego. ¿Qué hacías en mitad de la nieve?
-Iba a entregar la Varita del Agua a la Torre Central para que encuentren el último heredero o heredera de la varita.
-¡No! Si se hacen con esta varita ya no habrá la salvación de Wengiolun. Puede que lo podamos solucionar a través de Wenir…
-¿Qué es Wenir?
-Es la agencia que fundé con siete amigos. Éramos liberales y algo gamberros y no nos sacamos el título de magos. Tuvimos que robar varitas por la fuerza para poder hacer magia y cada uno de nosotros vivimos en los reinos y en las limitaciones de un reino a la Torre Central. Y yo vivo aquí, en las Cordilleras Heladas. Nosotros rescatamos a las personas que han sido torturadas por tener que hacer cosas que quiere Crontismalt y las han hecho mal. De m omento sólo tenemos a unas 120 personas pero queremos aumentar el número en los próximos años.
-Sr.  Magnium ¿conoció usted a mi madre?
-Primero llámame Leig y a los de Wenir también por su nombre; y sí, la conocí.
-¿Cómo era?
-Bueno, sólo la conocí en párvulos de magia, donde te enseñan lo básico como hacer un charquito de agua o producir una pequeña corriente de aire…y con varitas de mucha seguridad. Ella era la más aplicada y se fue a un grado superior al mío. Luego volví a oír ese nombre en la guerra Radamelíaca. Tu madre era una de los 16 subdioses.
-¿Cómo?
-Fueron un grupo de magos muy inteligentes que representaban a los 16 dioses de Wengiolun y que quería quitar la tiranía de Radamel.
-¿Estaba mi padre?
-No, creo que no. Bueno, creo que es hora de irse a Wenir.
-¿Yo también?
-Claro, no te ibas a quedar aquí.
Así que dejaron el desayuno (que se limpió solo mediante magia), se asearon, se vistieron y fueron al laboratorio de Leig.
Allí había pociones y fórmulas de todo tipo pero Miolen sólo se fijó en una mesa donde estaba Squeaky en una jaula.
-Le he puesto una inyección del átomo poliformo metamorfo, dijo Leig, ahora puede convertirse en miles de animales, cambiar de tamaño y duplicarse. Dile que se convierta en algo.
-Squeaky, conviértete en… perro.
Y en unas décimas de segundo Squeaky era un perro marrón, mestizo y no cabía en la jaula. Volvió a adoptar la forma de ratón.
-Lo mismo le pasa a mi zorro, Foxero, ayer se convirtió en un albatros gigante y entre los dos te rescatamos. Pero vamos a la Bala Azul.
Miolen lo miró pensativo y recogió a Squeaky. Leig recogió a Foxero, un zorro rojo y unas pocas pociones. Luego fue hacia el garaje y Miolen le siguió. Allí había un vehículo del tamaño de un autobús. Era azul y tenía forma de bala gigante. Tenía tres ventanucos a cada lado y uno  grande en la parte delantera. Detrás tenía un enorme propulsor de cohete.
-Se puede ir con él por tierra, mar y aire. Y es muy cómodo.
Montaron por una pasarela y Leig se sentó en el asiento del piloto y Miolen detrás. De repente varios cinturones le rodearon a Miolen. Se abrió la puerta del garaje y la Bala Azul comenzó a acelerar a una velocidad de 1000 km/h. Pasó por cuevas, surcos y ríos y Miolen ni se enteró. De repente frenó en seco y Miolen pudo respirar. Miró por la ventana y vio un bosque. Se bajaron y Leig tocó la nave con su mano: la bala Azul se hizo pequeña y se la guardó en el bolsillo. Luego avanzaron por el bosque hasta llegar a una colina verde y con un sol resplandeciente. A 1 km se veía la Torre Central y cerca un casetuco. Leig abrió la puerta y los dos pasaron. El hombre pulsó un botón en la pared y bajaron como en un ascensor. Cuando la puerta se volvió a abrir Leig y Miolen llegaron a una sala abarrotada de gente; pero grande, preciosa y llena de magia. Leig dijo:
-Bienvenido a Wenir.
















3. - En Wenir
Lo primero que  hizo Leig fue llevar a Miolen a una habitación. Lo condujo por una escalera y después por un pasillo y lo llevó a una habitación.
-Esta será tu habitación, dijo Leig. Instálate. Y tu horario, dijo entregándole un papel.
-¿Horario?
-Claro, no creerás que vas a estar aquí de fiesta. Tienes ropa en el armario y el baño está nuevo. Hoy, por ser Fuego (día del fin de semana) tienes libre el día. Preséntate a las 13:00 en la Sala Central, la que hemos visto al llegar y te enseñarán las instalaciones.
Y Leig desapareció por la puerta. Todavía quedaba una hora hasta las 13:00, según un reloj de pared que había encima del cabezal de la cama. Así que Miolen comenzó a instalarse. Colocó todo en cajones de la mesilla y del escritorio. Miró el armario y vio que había mucha ropa nueva y de su talla. Se quitó su ropa y se puso una camiseta de lino y unos pantalones de hilo; como calzado se puso unas botas cortitas y ligeras. Dejó su ropa en el armario y esta desapareció, pero, reapareció a los 10 segundos limpia, cosida y como nueva. La magia de allí era muy rápida y las órdenes se cumplían enseguida. Luego miró su horario:
9:00 – 9:25  Magia teórica
9:25 – 9:50   Magia práctica.
9:50 – 10:15   Entrenamiento de mascotas-poliformas
10:15 – 10:40   Pociones y alquimia.
10:40 – 11:10   Descanso y almuerzo.
11:10 – 11:35   Geografía.
11:35 – 12:00   Cálculo y Matemáticas.
12:00 – 12:25   Historia.
12:25 – 12:50   Arte y Expresión Mágica.
12:50 – 13:20   Descanso y comida.
13:20 – 13:45   Lenguaje y Comunicación.
13:45 – 14:10   Clase particular.
Entendía todas las asignaturas, excepto la última, pasó de ella. Luego vio que, al lado de la mesilla había una mochila negra con libros y cuadernos de las materias; un caldero, instrumentos e ingredientes y material escolar. También había una túnica y un gorro de mago; y un “llevadero”. Es un instrumento que se levanta del suelo y te lleva al lugar al que le indicas. Tiene forma de reloj de pulsera y se puede actualizar para una habitación, una casa, una ciudad…pero alcanza velocidades de hasta 7 km por hora. Este estaba adaptado a Wenir. Luego vio que había otro cajón en el armario en el que había una pegatina que ponía: “Cajón de entretenimiento”. Dentro había comics de Herowiz, un superhéroe mago que salvaba a la gente del mal. Esta serie fue prohibida en la dictadura de Crontismalt, ya que él era oscuro y no le gustaba. También había una figura de acción de Herowiz. Había una serie de polvos mágicos con pegatinas como “New age, cold Kingdom”. Y estos espolvoreaban en la esfera de una varita. Se oían canciones de Wengiolun. Y por último había unos libros que eran parecidos a los de “Elige tu propia aventura” pero tú te metías dentro del libro como absorbido y se perdías retrocedías y   podías elegir otra opción. Así que esperó y puso una canción llamada “The flowers are good” de “Many avengers”. Hasta que dieron las 13:00. Bajó a la Gran Sala y allí un joven mago le guió por Wenir enseñándole los corredores, las cocinas, los salones de estar y las aulas y antes de llegar a las habitaciones le avisó de que estas estaban hechizadas para que las personas se levantaran a las 7:00 y se durmieran a las 23:00. Así que Miolen pasó el día allí.
A la mañana siguiente, Miolen hizo todas las cosas de la mañana y se tomó un desayuno desde el portal mágico de su armario. Luego el llevadero le llevó hasta el aula de magia de clase teórica. Allí había gente de su edad y una chica llamada Irna, de su edad, rubia, bajita y con gafas enormes que se hizo su primera amiga y con la que se sentó. Allí dieron la historia y usos de ‘El Hechizo Traspasador’, que consistía en la capacidad de traspasar paredes. En magia práctica practicaron este hechizo.
Los hechizos en Wengiolun no consisten en una palabra dicha con una varita, sino trazar con esta un símbolo especial en el aire. El del hechizo para traspasar es:
Y la dificultad de realizar hechizos es que hay que dibujar los símbolos exactamente como se establecieron.
Pero lo interesante de este día no fue aquello; todo el día pasó y llego la hora de la comida. Y Miolen se sentó solo en el comedor y dos jóvenes, un chico y una chica, le observaban desde otra mesa y comentaban cosas entre ellos.
Después, Miolen se dirigió a su “clase particular” tras la clase de “lenguaje y Counicación”. Le guió Leia hasta una sala amplia y en la que sólo había una silla y dentro también estaban los jóvenes del comedor. Uno tenía diez años, pelo rubio y parecía loco y decidido. La otra tenía trece años, era morena y tenía los ojos azules y se veía en estos que la joven había tenido un pasado atroz.
-          Él es Axotol Tevilano Herbáceo. Pero le llaman Axol. Y ella es Quina.
A Miolen le sorprendió que Quina no tuviese apellido.
-          Ellos, continuó Leig, tienen colgantes especiales de origen desconocido y que les llevan acompañando toda la vida como a ti el tuyo. En dos semanas saldréis hacia el Reino del Agua para encontrar la manera de detener a Crontismalt y para ello, por todo lo que pueda suceder, debéis entrenaros aquí
-          ¿Cuál es el paln para detener a Crontismalt?, dijo Miolen.
-          Iremos a los Juegos de Zehlo (explicado después) y cogeremos los libros de los profetas (explicado después). Pero pongámonos a entrenar.
Había una pared que estaba agrietada en forma de cuadrados, salieron de estos unas piezas articuladas controladas por Leig con una mando que poseía mientras estaba sentado en una silla. Las piezas se unieron y formaron un enorme lobo. Este se arrojó hacia los tres chicos y Quina y Leig, que tenían más experiencia, consiguieron derrotarle.
Y así, Miolen, se olvidó de todo lo ocurrido con Letrus y se adaptó a Wenir. Aprendió en dos semanas más que en toda su vida y reforzó sus vínculos con Leig, Quina, Axol e Irna y resulto ser que estos dos últimos eran hermano. 
Una noche, antes de dormir Quina, Axol y Miolen se taparon con pañuelos para evitar el efecto de los polvos que dormían y los curiosos se fueron a explorar a Leia, pues intuían que era más de lo que decía ser.




4.- El secreto de Leig 
Aquella aventura les inspiraba temor, pues era la víspera de su salida y, a la vez, emoción. La habitación de Leig se encontraba al final del pasillo de las habitaciones, pero aquel pasillo lo pasaron rápido. Entraron sigilosamente y Axol forzó la cerradura con una ganzúa. Allí dentro dormía Leig como un tronco, al menos aparentemente.
No sabían d´nde buscar, pero, de repente, a Miolen se le ocurrió un sitio. Abrió el armario y miró en el “Cajón de la diversión” que correspondía con el de su habitación y … ¡bingo! Allí había decenas de recortes de periódicos viejos. Miolen se fijó en uno en concreto. En él salía una foto que ponía que había sido tomada por Letrus Nubarrón. En la foto se representaba a dos hombres  haciendo una pelea de varitas en un acantilado. En el artículo ponía: “El bien contra el mal; Leig Magmium, el subdios de la Magia Arcana pelea por Wengiolun y por el amor de su vida. Llamarada, Fogonazos, subdiosa del Fuego; contra Coralius Mareayel, alcalde seguidor del Agua de Radamel”
-          ¡Eh, chicos, mirad esto!, dijo Miolen, mientras sus amigos leían, Llamarada y Coralius eran mis padres y esto…me hace sacar dudas.
-          ¿Qué es la Magia Arcana?, dijo Axol.
-          L magia más difícil de controlar y la más antigua, dijo una voz a sus espaldas, la de Leig que yo practico.
Leig dibujó unos símbolos violetas con el dedo en el aire y las luces se encendieron; mientras que la puerta se cerraba.
-          ¿Qué hacéis aquí?
-          No nos fiábamos de ti, dijo Quima.
-          Leig, explícame todo, dijo Miolen, todo, todo.
-          Bien. Os he mentido. Fui un subdios y siempre he sido el primero de mi promoción. Durante toda la vida he conocido a Llamarada, tanto, que planeamos una vida juntos. Hasta que tuve que protegerla de un aliado de los Horribles, ese Marea…Y no sé cómo pero el amor entre el bien y el mal surgió y Llamarada me dijo que se iría lejos, que me perdonara y que le guardara el secreto. Al ver que Crontismalt y su padre se alzaban, me retiré a fundar Wenir con otros siete subdioses con la esperanza de salvar Wengiolun.
-          Así que soy fruto del bien y del mal…
-          Sí, siento que te hayas enterado así.
-          Bueno, el destino hay que afrontarlo. Sabes, conozco a Letrus Nubarrón; fue mi tutor hasta que llegué aquí. Me dio todas mis cosas porque pensaba que me quedaría a estudiar en la Torre Central.
-          ¡Cómo odio a ese tipo! Me arruinó la dignidad “sobre la superficie”.
-          A propósito, ¿cómo es que no te dormiste con el hechizo?
-          Bueno, tengo un sistema de alarma que me despierta.
Quina y Axol los seguían observando sin hablar.
Leig continuó:
-          Chicos, creo que deberíais ir a dormir. Maña empieza el viaje.
Así que todos se fueron a dormir; y Miolen habría tenido insomnio por no ser por el hechizo para dormir.













5.- Los Juegos de Zelho
Cuando mencioné, al principio, lo de las Olimpiadas, no me refería al Olimpo, porque allí no existe la cultura griega; pero existe la religión Wengioliana que es representada por dieciséis dioses, cuatro por reino.
Zelho es el dios del Deporte y el Físico y cada seis años se realizan unas pruebas físicas que demuestran la destreza y agilidad de los que se presentan para honrar al dios. También es tradición que los gobernantes de Wengiolun lean durante una noche los libros de los profetas; unos libros que fueron escritos por escribas que copiaban todo lo que adivinaban los profetas. Un dato que habría que objetar sobre los profetas  es que mueren nada más decir una profecía y los semiprofetas se quedan vegetales, es decir, un coma eterno; y nadie ha sobrevivido. Por ello, los libros son tan valiosos. Rádamel murió leyendo uno de ellos y esta es la primera vez que Crontismalt los leía.
Aquel año los Juegos se celebraban en la Ciudad Principal del Agua. Los cuatro se prepararon aquel día para salir y llevaban la Varita del Agua. Con la Bala Azul pasaron rápidamente el Océano, sin fin, la frontera entre el Reino del Agua y la Torre Central. Descendieron a la playa sobre las 21 h, que era el comienzo del desfile nocturno, que consistía en que una estatua mágica y gigante del Zelho fuera de una lado para otro del estadio y acababa en un túnel que tenía acceso al baúl de los libros, Así que, cuando llegaron al estadio, se vistieron de funcionarios de los juegos con una ilusión medilanios. Mienras los cuatro tiraban de palancas que movían ruedas con otros funcionarios; la estatua se movía, saltaba, lanzaba besos y tiraba con sus manos al aire fuegos artificiales y la gente del estadio lo vitoreó sin parar. Crontismalt lo miraba con aire sarcástico.
Era un hombre de 30 años con un pelo negro y una barba recortada. Tenía los ojos grises y llevaba un traje completamente negro y una chistera en la cabeza.
Cuando el desfile acabó los amigos ascendieron por unas escaleras y abrieron un túnel mágico hasta una celda donde había un baúl: el baúl de los libros. Fuera había dos guardias pero estaban de espaladas a ellos. No unos guardias humanos sino unos robots de un medilanio de alto, formados por un arma dura negra y que funcionaban con magia, dispuestos a servir a sus creadores, los Horribles.
El caso es que Leig forzó la cerradura con magia arcana y comenzaron a mirar los libros hasta que Quina dio con uno: “Dominar Wengiolun”:
-          Creo que es éste
-          Tiene toda la pinta, dijo Axol
Pero esas palabras bastaron para que los guardias entraran y les amenazaran con sus lanzas y dieran un aviso de robo. Aun así, Leig fue más listo y derrotó  a un guardia con magia justo cuando la ilusión que le cubría desapareció y descendieron por el túnel hacia las escaleras.
-          ¡Agarraos al ojo izquierdo de Zelho!, dijo Leig.
Y todos se agarraron ascendiendo por el muñeco y el hombre hechizó el ojo para que subiera como un cohete y, justo antes de arrancar, un guardia filmó con sus ojos los rostros de los héroes y estos salieron disparados del estadio a la vista de todos y Crontismalt gritó:
-          ¡Atrapadles!
El enorme ojo aterrizó en la costa. Los cuatro fueron a la playa. Ahora vestían monos y botas que les permitían mayor movilidad y llevaban una mochila incorporada, De la suya, Leig, sacó la minibala azul y la hizo grande y Miolen, de la suya, sacó el libro de “Dominar Wengiolun”.
-          ¡Lo tengo!, dijo con aire suertudo.
-          ¡Y nos buscan!, dijo Axol ¿dónde iremos?
-          Yo tengo el sitio perfecto, mencionó Miolen.
Y pusieron rumbo al Reino del Aire.








6.- Los fugitivos
Aquel día nuboso entraron en la posada cuatro personas encapuchadas: la posada del viejo Letrus.
La figura más baja se quitó la capucha al ver al posadero tras el mostrador.
-          ¡Miolen!, exclamó éste.
Pero Miolen le señaló a sus demás compañeros: tres figuras con capas. Entonces, Letrus, les llevó a todos a la trastienda, la antigua habitación de Miolen.
-          ¿Qué haces aquí?, dijo Letrus
-          Me protejo de Crontristnalt. Como has visto hay carteles de búsqueda de nosotros cuatro. Te presento a Axol Trevilano, Quina y Leig Magmium, aunque creo que ya le conoces.
-          ¡Arruinavidas!, gritó Leig alzando el puño.
-          ¿Antes eras fotógrafo?, mencionó Miolen.
-          Sí, trabajaba para el periódico y la exclusiva de Leig me daría de comer…pero Letrus XII, mi padre, murió dejándome su posada para que siguiese con el negocio familiar, tuviera a mi hijo Letrus XIV y siguiese todo así. Pero no tengo un hijo, soy viejo y sólo quería ser repostero. Voy a llevar mi vida y a mis antepasados a pique.
-          Te juro que, si salgo de esto con vida, yo me ocuparé de la posada. Ahora propongo que nos instalemos en una habitación.
Y los cuatro se fueron a una habitación a descansar y antes de dormir Letrus les sirvió la cena a escondidas  y, cuando todos se durmieron, Miolen se quedó un rato hablando con Letrus.
-          Qué, tenías ganas de salir de este tugurio ¿no?, empezó Letrus.
-          Bueno, salir de él me ha empezado a sacar dudas, continuó Miolen, ¿Cómo fue mi llegada aquí?
-          El caso es que te trajo un encapuchado cuando eras un bebé y unos años más tarde de criarte pasó la guerra; así fue todo.
-          Ya veo, dijo Miolen adormilada.
-          Dulces sueños, dijo Letrus y le revolvió el pelo antes de que Miolen se fuese a su cama.
A la mañana siguiente el primer trabajo de los amigos fue ojear  el libro D.W (“Dominar Wengiolun”) hasta que Quna encontró algo interesante y comenzó a leerlo en voz alta:
-          “Para dominar Wengiolun habrá que utilizar cuatro varitas poderosas escondidas y sólo podrán ser activadas por elegidos salidos cada cuatro siglos y unas criaturas fantásticas ocultas en las coronas de los alcaldes. Los elegidos sabrán que los son porque llevarán desde que nacieron un collar misterioso con esferas del color de su reino. También deberán encontrar cuatro trozos de un mapa por los reinos y les acompañará el Señor de la Suerte, aquel que lleve un collar de un trébol de cuatro hojas salido de los bosques”.
Quina y Axol se paralizaron o, mejor dicho, la Anfitriona del Agua y el Señor de la Suerte se paralizaron, debido a que llevaban los collares mencionados. Y sui misión ahora era encontrar las criaturas mágicas. Pero algo les alarmó e hizo que mirasen la televisión. En esta salía Cronstismalt hablando:
-          Verán, he soltado a mi bestia y un perro de las tinieblas para que atrape a los fugitivos así que…¡tengan cuidado!
Un perro de las tinieblas es en nuestro mundo un chupacabras; así que los amigos salieron huyendo de allí para seguir su ruta en el Reino del Agua.